El gato está estornudando. ¿Qué condiciones podría esconder esta manifestación?

El gato estornuda por diversos motivos, al igual que los humanos. Los estornudos en gatos pueden ser causados ​​por alergias, infecciones respiratorias, obstrucciones nasales o incluso irritación por polvo o productos químicos. Por lo general, estornudar es un síntoma menor y no es motivo de preocupación. Sin embargo, si el gato presenta otros síntomas graves como secreción nasal excesiva, tos persistente, dificultad para respirar o negativa a comer, sería recomendable consultar a un veterinario para una adecuada valoración y tratamiento adecuado.

Profundicemos un poco más en por qué los gatos estornudan y qué podemos hacer para ayudarlos.

El gato está estornudando. ¿Cuáles son las causas de los estornudos?

Como se mencionó anteriormente, los gatos estornudan por diversos motivos, y un simple estornudo sin presencia de secreciones puede deberse a factores mecánicos o alérgenos. Los factores mecánicos incluyen polvo, polen, humo de cigarrillo o gases de escape. La contaminación del aire y los olores fuertes, como los de perfumes o detergentes potentes, también pueden provocar estornudos excesivos en los gatos. Por lo general, los estornudos causados ​​por estos irritantes desaparecen con su eliminación.

Estornudar acompañado de falta de apetito puede indicar una infección en la boca, la nariz o los dientes. En los gatos que viven al aire libre, los irritantes como plantas, gusanos, insectos o partículas de tierra pueden irritar la mucosa nasal, y estornudar ayuda a limpiar la nariz y evita que cuerpos extraños entren en el sistema respiratorio. En algunos casos, los cuerpos extraños no pueden expulsarse únicamente con el estornudo y el gato puede necesitar asistencia veterinaria para eliminarlos.

Los estornudos acompañados de secreciones, especialmente líquidas y acuosas, pueden indicar una afección del tracto respiratorio como un resfriado. Otros síntomas asociados pueden incluir debilidad, apatía, disminución del apetito o tos. Las secreciones abundantes, viscosas y de color oscuro son motivo de preocupación y requieren consulta veterinaria, ya que pueden indicar una infección grave. La rinitis, en particular, puede ser peligrosa y necesita tratamiento inmediato. Si no se trata, la rinitis puede provocar enfermedades graves que afecten a los pulmones, los ojos, la piel e incluso poner en peligro la vida del gato.

En el caso de los gatos de interior, los estornudos pueden deberse a la acumulación de polvo debajo de los muebles o en las alfombras. Es fundamental mantener una higiene adecuada en estas zonas para reducir la exposición a irritantes y prevenir estornudos frecuentes.

En conclusión, los estornudos en gatos pueden tener diversas causas y pueden ser un síntoma menor o un signo de una afección más grave. Es fundamental observar otros síntomas asociados y tomar las medidas adecuadas, buscando ayuda veterinaria cuando sea necesario para garantizar el bienestar y la salud de nuestros queridos gatos.

¿Cómo podemos ayudar a un gato cuando empieza a estornudar?

Para los gatos que viven al aire libre, una solución temporal es trasladarlos al interior hasta que desaparezcan los síntomas de estornudos. Esto les proporcionará un entorno más seguro y los protegerá de irritantes externos.

Si notas que el gato estornuda con frecuencia, es fundamental identificar los desencadenantes. Reduzca la exposición a olores fuertes, enjuague bien los pisos después de usar soluciones de limpieza y evite la exposición a productos químicos. Además, limite el tiempo que el gato pasa en el aire contaminado y evite fumar en su presencia, ya que esto puede reducir el riesgo de enfermedades respiratorias e incluso cáncer.

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Cuando el gato esté estornudando y tenga secreciones no pospongas la aplicación del tratamiento adecuado. Procure un ambiente cálido y proporcione las comidas a temperatura ambiente, evitando los alimentos fríos del frigorífico. El descanso y la tranquilidad contribuirán a su recuperación. Si los síntomas persisten o empeoran dentro de las 24 horas, es necesaria la consulta veterinaria, quien recomendará el tratamiento adecuado. Si parece que el gato está resfriado, puedes intentar medir su temperatura rectal con un termómetro, con mucho cuidado. Si la temperatura supera el nivel normal (aproximadamente 40 grados centígrados), es importante consultar urgentemente a un veterinario.

Si el gato no ha tenido episodios previos de estornudos y de repente empieza a estornudar con frecuencia, esto podría ser una señal de alarma de que algo ha cambiado en su entorno o estado de salud. Hay muchos factores ambientales que pueden provocar estornudos en gatos que viven al aire libre.

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