Si eres amante de las plantas y tienes un gato en casa, es muy recomendable saber cuáles son las plantas tóxicas para gatos y las no tóxicas.
Para embellecer el aspecto de nuestros hogares, muchos de nosotros optamos por agregar color y un ambiente más natural con la ayuda de plantas, sin darnos cuenta de que algunas de ellas pueden ser venenosas para nuestros amigos felinos y poner en peligro sus vidas.
Las estadísticas muestran que existen más de 700 plantas tóxicas para gatos y otras mascotas o pájaros.
A pesar de ser animales carnívoros, a los gatos les encanta comer hierba, especialmente durante la muda de pelo, pero también en otros momentos, ya que ayuda a la digestión. Por eso, es fundamental conocer las plantas tóxicas para los gatos. La sabiduría popular sugiere que consumen hierba cuando tienen dolor de cabeza, pero esto no está confirmado por veterinarios ni estudios científicos.
Algunos gatos se niegan a consumir plantas y pasto, pero muchos lo harán cuando encuentren plantas en macetas en la casa. Estos gatos pueden confundir las plantas con una golosina y empezar a mordisquear hojas, flores e incluso bulbos, sin saber que les puede hacer daño. Por tanto, es tu responsabilidad velar por su bienestar e informarte sobre las plantas que puedes tener cerca de tu gato. Saber qué plantas son tóxicas para los gatos y cuáles no son fundamentales a la hora de tenerlas en casa.
Muchas de las plantas tóxicas pueden provocar inflamación de la piel, problemas estomacales o de la cavidad bucal, mientras que otras pueden afectar órganos específicos, poniendo en peligro la vida del gato.
Lista de plantas tóxicas para gatos (venenosas)
Aloe vera: depresión, vómitos, diarrea, anorexia, temblores, cambios en el color de la orina.
Azalea: salivación excesiva, debilidad, vómitos, diarrea, hipotensión, paro cardíaco.
Palma de cartón: sed intensa, ictericia, insuficiencia hepática, hemorragia intestinal, rasguños, vómitos.
Begonia: vómitos, maullidos excesivos, dificultades para tragar, irritaciones bucales y quemaduras.
Cactus: irritaciones de boca y estómago.
lirio de cala: vómitos, dificultades para tragar, irritaciones bucales y quemaduras.
Lily y todas las especies relacionadas.: vómitos, diarrea, insuficiencia renal, letargo, pérdida de apetito, salivación, temblores, convulsiones, arritmias cardíacas, presión arterial baja, dolor abdominal, irritación de la boca, dificultades para tragar. Se recomienda no tener lirios en casa, ya que son mortales para muchos gatos.
cactus de navidad: vómitos, irritaciones de estómago y boca.
Crisantemo: inflamación de la piel, salivación excesiva, vómitos, diarrea.
Ciclamen: salivación, irregularidades del ritmo cardíaco, vómitos, diarrea, paro cardiorrespiratorio.
árbol de serpiente: pupilas dilatadas, sangre en el vómito, salivación excesiva.
Ficus: inflamación de la piel, vómitos, salivación, irritación de la boca.
Helecho: dolor abdominal, inflamación de la piel. (Puede causar estos problemas pero no es tóxico).
Filodendro: dificultades para tragar, vómitos, quemaduras en labios y lengua.
Clavel: irritaciones de la piel, trastornos gastrointestinales.
Pepinos: afecciones de la piel, problemas gastrointestinales.
Hiedra: dolor abdominal, salivación excesiva, vómitos, diarrea, irritación de la boca, dificultades para tragar.
Lilas del valle: desorientación, presión arterial baja, latidos cardíacos irregulares.
Tulipán: vómitos, depresión, diarrea, salivación excesiva.
Adelfa: hipotermia, problemas cardíacos, irritaciones gastrointestinales.
Lila: desmayos, vómitos, colapso renal, coma.
Narciso: salivación, vómitos, diarrea, hipotensión, convulsiones.
Primavera: vómitos, diarrea.
Tomate: irritaciones gastrointestinales, pérdida de apetito, debilidad, presión arterial baja, desorientación, pulso lento, pupilas dilatadas, diarrea.
Ortiga: depresión, anorexia, vómitos, diarrea.
oreja de elefante: dificultades para tragar, vómitos, irritaciones bucales y quemaduras.
Muérdago: cambios de comportamiento, hipotensión, vómitos, insuficiencia cardiovascular, pulso bajo, diarrea, afecciones gastrointestinales.
Jacinto: inflamación de la piel, reacciones alérgicas, vómitos, diarrea.
La lista proporcionada incluye sólo las plantas más comunes que se encuentran en nuestros hogares, pero es importante señalar que existen muchas más especies de plantas tóxicas para los gatos. Ser consciente de estas plantas tóxicas para los gatos es crucial para la seguridad de sus amigos felinos, ya que la ingestión o el contacto con estos ingredientes botánicos dañinos puede provocar una variedad de problemas de salud y, en casos graves, incluso poner en peligro la vida.
Síntomas – Gato envenenado con plantas de interior o jardín (Plantas tóxicas para gatos)
Los síntomas que se desarrollan en un gato envenenado con plantas pueden estar asociados al órgano afectado por el veneno, de la siguiente manera:
Si los riñones se ven afectados, el gato consumirá demasiada agua y orinará con frecuencia.
Si el veneno afecta a la boca o al esófago, el gato salivará profusamente y tendrá dificultades para tragar.
Los vómitos y la diarrea ocurren cuando el estómago, el colon o los intestinos se ven afectados.
Un ritmo cardíaco irregular, lento o rápido es señal de que el corazón está afectado por las sustancias tóxicas que el gato ha ingerido de la planta.
Si nota dificultades respiratorias, es posible que el gato tenga problemas con las vías respiratorias.
Además, si hay inflamaciones, enrojecimiento y picor, puede deberse a la exposición a alguna planta.
En todos estos casos, la visita al veterinario se convierte en una prioridad y es urgente. Lleva contigo una hoja o una flor que el gato haya consumido, o si ya ha vomitado intenta recoger una muestra. El tratamiento irá en función de la especie vegetal.
Para realizar un diagnóstico correcto, el médico someterá al gato a un examen minucioso. Tomarán muestras de sangre y orina y, si se confirma la intoxicación, administrarán sustancias para inducir el vómito, carbón medicinal para absorber las sustancias tóxicas que queden en el cuerpo después del vómito e infusiones de vitaminas y minerales para apoyar los órganos vitales.
Aunque sea rápido y el tratamiento se administre de inmediato, muchos gatos aún sucumben al envenenamiento. Los médicos dicen que la planta más mortal para los gatos es el lirio de Pascua.
La recuperación lleva un período prolongado con dietas especiales, así que siga meticulosamente las instrucciones y consejos de su veterinario.
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¿Qué plantas no son tóxicas para los gatos?
Existen varias plantas no tóxicas para gatos que pueden servir como una alternativa segura a las potencialmente dañinas. A continuación se muestran algunos ejemplos de plantas no tóxicas para gatos:
Hierba gatera (Nepeta cataria) – Una planta que atrae a los gatos y les proporciona un estimulante natural.
Perejil – Un condimento que puedes cultivar en una maceta que sea segura para que lo consuman los gatos.
Albahaca – Una planta aromática que no es tóxica para los gatos.
Menta (Mentha) – Una planta refrescante y estimulante para gatos que resulta segura para ellos.
Romero (Rosmarinus officinalis) – Una especia y planta aromática que no es dañina para los gatos.
Violeta Africana (Saintpaulia) – Una popular planta de interior que no es tóxica para los gatos.
Helecho (Nephrolepis exaltata) – Una planta de interior con hojas delicadas y segura para los gatos.
Palma de bambú (Chamaedorea seifrizii) – Una palma pequeña y elegante que no supone ningún riesgo para los gatos.
Aunque estas plantas no son tóxicas, cada gato puede tener reacciones individuales a diferentes plantas. Por lo tanto, siempre es una buena práctica controlar el comportamiento de su gato al introducir una nueva planta en su hogar y consultar a un veterinario si tiene alguna inquietud sobre la seguridad de su gato en relación con plantas específicas.
Conclusión: plantas tóxicas y no tóxicas para gatos.
En conclusión, es fundamental ser conscientes de las plantas tóxicas para los gatos y evitarlas en nuestras casas o jardines para garantizar la seguridad de nuestros amigos felinos. Al mismo tiempo, existe una variedad de plantas no tóxicas para gatos que podemos incorporar a su entorno, aportándoles estimulantes naturales y un espacio vital más rico. Sin embargo, cada gato puede reaccionar de forma diferente a las plantas, por lo que siempre se recomienda un seguimiento cuidadoso de su comportamiento y la consulta con un veterinario a la hora de introducir nuevas plantas en nuestros hogares. La seguridad de nuestros gatos debe ser siempre la máxima prioridad.