Ataxia en gatos. Causas, síntomas y tratamiento
¿Cómo se manifiesta, qué la causa y qué es la ataxia en gatos? Una pregunta que se hacen muchos dueños de gatos cuando notan problemas de equilibrio en sus compañeros felinos.
La ataxia en gatos (ataxia felina) es una condición neurológica que afecta la coordinación y el equilibrio de un gato. La ataxia se caracteriza por dificultades para controlar los movimientos voluntarios del cuerpo y las extremidades, lo que provoca que el animal tenga un paso inestable y dificultades para moverse con normalidad.
Tabla de contenido
Principales tipos de ataxia en gatos
Existen tres tipos de ataxia en gatos, dependiendo de la parte del sistema nervioso que esté afectada.
Ataxia cerebelosa
El cerebelo es la parte del cerebro responsable de coordinar los movimientos finos y el equilibrio. La ataxia cerebelosa ocurre cuando el cerebelo se ve afectado por lesiones, enfermedades genéticas u otras afecciones. Los gatos con ataxia cerebelosa pueden presentar movimientos inseguros y descoordinados, como caminar inestable y saltos difíciles. Es posible que tengan dificultades para controlar sus músculos para realizar movimientos precisos.
Ataxia vestibular
El sistema vestibular del oído interno controla el equilibrio y la orientación espacial. La ataxia vestibular ocurre cuando este sistema se ve afectado por infecciones, inflamación o tumores. Los gatos con ataxia vestibular pueden presentar síntomas como cabeza inclinada o giratoria, marcha tambaleante y pérdida del equilibrio. Estos síntomas pueden ir acompañados de náuseas y vómitos.
Ataxia sensorial
Este tipo de ataxia ocurre cuando los nervios sensoriales o las vías de transmisión de información sensorial se ven afectados. Los gatos con ataxia sensorial pueden tener dificultades para coordinar movimientos debido a una disminución de la sensibilidad y la retroalimentación sensorial. Este tipo de ataxia puede ser causada por trastornos nerviosos o enfermedades que afectan el sistema nervioso periférico.
Síntomas de ataxia en gatos
Los gatos con ataxia pueden presentar signos similares a los de la embriaguez, como un paso inestable y tambaleante y una mayor tendencia a la somnolencia. A veces, los síntomas pueden ser menos pronunciados, como una ligera inclinación de la cabeza o una leve curvatura de los dedos de los pies al caminar.
Entre los signos distintivos de la ataxia se encuentra el nistagmo, un movimiento ocular inusual que puede ocurrir como resultado de problemas en el sistema nervioso central.
Los gatos que experimentan ataxia repentina pueden tener tendencia a rodar o caer hacia un lado y, a menudo, experimentan náuseas importantes debido a la sensación de inestabilidad. Por otro lado, si la ataxia en los gatos persiste en el tiempo, suelen tener capacidad de adaptación y es menos probable que experimenten náuseas.
Causas de la ataxia en los gatos
La ataxia en gatos puede tener diversas causas, incluidas las siguientes:
Trastornos del sistema nervioso central o del cerebro. Los tumores cerebrales, las lesiones, la inflamación o las infecciones en el cerebro o la médula espinal de un gato pueden provocar ataxia al afectar el funcionamiento adecuado del sistema nervioso central.
Problemas cerebelosos. Los daños o malformaciones del cerebelo pueden provocar ataxia, ya que esta parte del cerebro es crucial para coordinar los movimientos.
Condiciones del oído interno. El sistema vestibular del oído interno desempeña un papel crucial en el equilibrio. Las infecciones, inflamaciones o lesiones en esta zona pueden provocar ataxia vestibular.
Enfermedades genéticas. Ciertas enfermedades genéticas pueden provocar ataxia, especialmente cuando afectan el funcionamiento del sistema nervioso.
Toxicidades. La ingestión de sustancias tóxicas como plantas venenosas, productos químicos domésticos o medicamentos inadecuados puede desencadenar ataxia en los gatos.
Condiciones metabólicas. Algunas condiciones metabólicas, como la hipoglucemia o los trastornos metabólicos hereditarios, pueden influir en el funcionamiento normal del sistema nervioso y provocar ataxia.
Enfermedades infecciosas. Las infecciones por diversos microorganismos, como virus o bacterias, pueden afectar el sistema nervioso y contribuir al desarrollo de ataxia.
Trastornos autoinmunes. La ataxia en gatos también puede ocurrir debido a trastornos autoinmunes. Estos pueden hacer que el sistema inmunológico ataque sus propias células nerviosas, provocando síntomas neurológicos, incluida la ataxia.
Trauma. Las lesiones en la cabeza o en la médula espinal pueden afectar el funcionamiento del sistema nervioso central o del cerebelo, provocando ataxia.
Enfermedades degenerativas. Algunas enfermedades degenerativas, como la enfermedad del disco intervertebral, pueden dañar gradualmente las estructuras nerviosas y provocar síntomas de ataxia.
Dependiendo de los tres tipos principales de ataxia en gatos, las causas son las siguientes:
Ataxia cerebelosa
- Malformaciones congénitas del cerebelo.
- Tumores cerebelosos.
- Traumatismos craneales o de columna que afecten al cerebelo.
- Infecciones cerebrales o inflamaciones que afectan al cerebelo.
Ataxia vestibular
- Infecciones o inflamaciones del oído interno.
- Tumores en el oído interno o en la zona de los nervios vestibulares.
- Lesiones en el oído interno o en los nervios vestibulares.
Ataxia sensorial
- Afecciones de los nervios periféricos responsables de la transmisión de información sensorial.
- Lesiones nerviosas o compresiones.
- Enfermedades metabólicas o genéticas que afectan el funcionamiento de los nervios sensoriales.
Diagnóstico – Ataxia en gatos
Si observas signos de ataxia en tu gato, es fundamental que lo lleves al veterinario inmediatamente. El veterinario realizará una revisión exhaustiva del historial médico y luego realizará un examen físico del animal para evaluar cualquier anomalía neurológica (que afecte al sistema nervioso).
Una vez que se identifica el tipo de ataxia (sensorial, vestibular o cerebelosa), pueden ser necesarias pruebas adicionales, como análisis de sangre, análisis de orina, radiografías e imágenes avanzadas, para determinar la causa subyacente. Estos procedimientos ayudarán a establecer un diagnóstico preciso y desarrollar un tratamiento o plan de manejo adecuado para la ataxia de su gato.
Cuando se produce ataxia en gatos, el diagnóstico suele implicar un enfoque gradual y meticuloso, ya que los síntomas pueden ser similares en múltiples afecciones. Estos son los pasos comunes para diagnosticar la ataxia en gatos:
Exámen clinico. El veterinario realizará un examen físico del gato para observar signos evidentes de ataxia, así como otros síntomas asociados.
Historial médico. Se entrevistará al propietario sobre los síntomas observados, su duración y cualquier factor de riesgo o evento reciente que pueda contribuir a la aparición de la ataxia.
Pruebas de laboratorio. Los análisis de sangre y otras pruebas de laboratorio pueden ayudar a identificar posibles causas de ataxia, como infecciones, trastornos metabólicos o desequilibrios electrolíticos.
Imágenes. Los estudios de imágenes, como la tomografía computarizada (CT) o la resonancia magnética (MRI), se pueden utilizar para visualizar el cerebro, la médula espinal y el oído interno, identificando cualquier lesión, tumor o anomalía.
Pruebas funcionales. El veterinario puede realizar pruebas para evaluar la coordinación del gato y la función de su sistema nervioso, como pruebas de respuesta refleja o pruebas de equilibrio.
Exclusión de otras condiciones. Debido a que los síntomas de la ataxia pueden ser similares a los de otras enfermedades, el veterinario intentará descartar otras posibles causas, como toxicidades o trastornos musculares.
Consulta con un especialista. En casos complejos o poco claros, el veterinario puede recomendar consultar a un especialista en neurología veterinaria para evaluaciones adicionales e interpretaciones avanzadas de síntomas y pruebas.
Tratamiento. Ataxia en gatos
El tratamiento de la ataxia en gatos varía según la causa subyacente. Por ejemplo, si la ataxia es el resultado de una infección, el veterinario puede recetar antibióticos específicos para el tratamiento.
La ataxia idiopática o la ataxia sin causa conocida se tratarán con cuidados de apoyo, incluida la administración de medicamentos contra las náuseas. En esta situación, el gato necesitará un entorno seguro y protegido para evitar lesiones durante la manifestación de los síntomas. En algunos casos, puede ser necesaria la alimentación asistida y la administración de líquidos por vía intravenosa si el gato no puede comer ni beber por sí solo.
Ciertos tipos de ataxia se pueden tratar para mantener la calidad de vida, incluso si no se pueden curar por completo. Por otro lado, la ataxia idiopática puede resolverse por sí sola y no recurrir en el futuro.
En el caso de los gatos afectados desde el nacimiento, puede que no sea necesario un tratamiento específico, pero sí se debe adecuar su entorno para evitar caídas o lesiones provocadas por la falta de coordinación y equilibrio.
El veterinario podrá realizar un diagnóstico más preciso y proponer un tratamiento o plan de manejo adecuado a la afección que provoca la ataxia en tu gato.
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Conclusión
En conclusión, la ataxia en gatos se presenta como una condición neurológica compleja con diversas causas subyacentes, que incluyen malformaciones congénitas, tumores, infecciones, lesiones y factores genéticos, según el tipo de ataxia (cerebelosa, vestibular o sensorial). El diagnóstico preciso implica un enfoque sistemático, que combina examen clínico, historial médico, pruebas de laboratorio, estudios de imagen y, en ocasiones, consultas a especialistas.
Una vez que se identifica el tipo específico de ataxia, se adapta el tratamiento adecuado a la causa subyacente. Las estrategias de tratamiento pueden variar desde abordar las infecciones con antibióticos hasta brindar atención de apoyo para casos idiopáticos. Gestionar el entorno del gato es fundamental para prevenir lesiones durante episodios de inestabilidad. En general, el diagnóstico y la intervención precoces son fundamentales para mejorar la calidad de vida del gato y garantizar su bienestar.